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Científicos argentinos y españoles avanzan hacia nuevos tratamientos en cáncer de páncreas

Dr. Federico Baudou Fundación SALES.

El adenocarcinoma ductal pancreático (ACDP) es el tipo de cáncer de páncreas más común (90% de los diagnósticos), siendo uno de los tipos de tumores más letales. Actualmente es la tercera causa de muerte por cáncer en Europa, con tasas de supervivencia media extremadamente bajas de aproximadamente cinco meses luego de diagnosticada la enfermedad. Se proyecta que se convertirá en la segunda causa principal de muerte por cáncer en los Estados Unidos para 2030. “Mejorar el resultado de los pacientes con cáncer de páncreas es un factor importante y una necesidad clínica insatisfecha. Es alarmante que tanto su incidencia como los datos asociados a las tasas de mortalidad están aumentando”, dice el doctor Gabriel Rabinovich.

Desde hace varios años, el equipo conducido por Rabinovich, investigador del CONICET y director de uno de los programas científicos de Fundación SALES, junto al equipo liderado por la doctora Pilar Navarro, trabajan en colaboración para desarrollar nuevos y eficaces blancos terapéuticos.

Con su investigación en torno a Galectina 1, la proteína caracterizada por Rabinovich, se trabaja desde la glicomedicina para comprender cómo diferentes tumores escapan y evaden la respuesta inmune. Al cáncer de páncreas se lo denomina un cáncer frío dado que -al no tener infiltrado de células del sistema inmune que lo ataquen-, no permite que los pacientes respondan a las inmunoterapias actuales.

Recientemente, como avance en esta investigación, el doctor Federico Baudou desarrolló un intercambio en el Hospital del Mar de España para colaborar en el desarrollo de un nuevo modelo de organoides de cáncer de páncreas que permita combinar diferentes blancos terapéuticos. “Estos sistemas de co-cultivos en 3D, permitirían evitar el uso de animales como modelos de experimentación, obteniéndose un modelo de estudio preclínico generado con muestras de pacientes con esta enfermedad. Así se brindaría una medicina de mayor precisión, permitiendo hacer ensayos sobre muestras humanas individuales y especificas en cada caso, obteniéndose resultados fisiológicos más reales que con otros modelos no se lograrían, por ejemplo, con líneas celulares in vitro”, señala Baudou.

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